1) Mas tinta fué vertida tratando de responder a la pregunta ¿qué es poesía? que lágrimas por amor insatisfecho. Poesía eres tú, le clavó Gustavo Adolfo a su modo romántico y popular. Y no estaba tan errado, no vaya a creer. Intencional, callejera o tierna, ella reside en moléculas tan variadas como el espectro que refleja una gota.
2) Antigua cuestión trajo el emperador. Una pregunta hecha y rehecha para tratar de saber con que carajo lidiamos los que decimos que escribimos y los que escriben efectivamente. Aparejada a la creación misma de la palabra. Pero si quieren etimologías, gogleen y ahí tendrán información para tirar para arriba. Me basta de los griegos la concepción del poeta como hacedor y la poesía como hacer intelectual, casi creación.
3) La unidad filosofía y poesía también aparece desde los griegos: ambas juegan su belleza dentro del registro intelectual, opuesto a la acción. Heidegger, dice: “...Hölderlin llama a la poesía ‘la más inocente de todas las ocupaciones’ ...Sin trabas, inventa su mundo de imágenes y queda ensimismada en el reino de lo imaginario. Este juego se escapa de lo serio de la decisión que siempre de un modo o de otro compromete (schuldig macht). Poetizar es por ello enteramente inofensivo. E igualmente es ineficaz, puesto que queda como un hablar y decir. No tiene nada de la acción que inmediatamente se inserta en la realidad y la transforma. La poesía es como un sueño, pero sin ninguna realidad, un juego de palabras sin lo serio de la acción. La poesía es inofensiva e ineficaz...”
5) Sin embargo nos equivocamos de foto (Heidegger lo dice luego) si creemos ver a la poesía enfundada en un vaporoso vestido blanco cortando claveles en un prado normando. La poesía puede cortar cabezas o abrir fronteras. Por ahí podría venir la necesidad de encorsetarla, en el péndulo de la legitimación/deslegitimación, dentro de los cánones: un canon es aquello que marca la frontera entre el adentro de la literatura y el afuera, lo que la tradición literaria marca como de calidad estética. Lo tradicional, lo reconocido. Aunque los cánones cambian históricamente, eso implica que existe una autoridad (generalmente académica y de las clases dominantes) que puede decir qué es poesía, qué es arte. Son suficiente para mi estas pocas palabras del poeta Rainer Maria Rilke, quien en sus “Cartas a un joven poeta” dice: “...Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una íntima necesidad. Precisamente en este su modo de engendrarse radica y estriba el único criterio válido para su enjuiciamiento: no hay ningún otro...”
6) El poeta argentino Roberto Juarroz retoma a Rilke y agrega a la necesidad la intensidad: “..la intensidad, o sea que para uno el decir esa palabra (mejor o peor, pero decirla) significa vivir doblemente, vivir con una peculiar densidad o fuerza. Entonces... una experiencia que se da signada por la necesidad y por la intensidad nos permite tener un acto de fe, nos da derecho a creer que tal vez eso mismo pueda repetirse en alguien que la reciba...”(1)
7) Y ese carácter milagroso –taumatúrgico - de la poesía, entre la necesidad y la intensidad, es mi respuesta. Considero q existe una diferencia entre la mera catarsis vomitiva y la utilización de los recursos técnicos, estilísticos; pero creo q ahí hablamos de la cuestion del gusto – subjetivo- y del reconocimiento del saber hacer del que escribe.
Entonces en: el espacio de arte autónomo Dto 6// la imagen del hombre de acero, que luego de chasquear los labios dijo, en el idioma cordobés que le nace del plexo solar: “es que los neros quedan deseando” //el perro café que se tira en tus brazos para que le hagas mimos// existe intención, necesidad e intensidad, por lo tanto, registran un acceso poético del mismo calibre que el de “Puedo escribir los versos mas tristes esta noche”.
Bibliografía
Rilke, Rainer María: Cartas a un Joven Poeta, http://www.ciudadseva.com/
Heiddeger, Martin: Hölderlin y la esencia de la poesía,http://www.heideggeriana.com.ar/
Juarroz Roberto: Poesía y Creación. Diálogos con Guillermo Boido. Ediciones Carlo Lohlé. Buenos Aires Argentina. 1980.